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El matrimonio igualitario

Publicado: 2011-01-26

Empezando por no llamarle matrimonio gay sino matrimonio igualitario, pues eso es lo que se busca, no diferenciar el matrimonio entre personas homosexuales con el matrimonio entre personas heterosexuales.Se sabe que hay pocos países donde existe el matrimonio igualitario, pero es igual que cuando se abolió la esclavitud se comenzó de a pocos.

Pero parece que en el Perú llego el momento de discutirlo, pues hace unas semanas comenzó el circo homofóbico de la política peruana y de la iglesia católica.

Desde las profundidades de las cavernas eclesiásticas han salido a declarar varios seres antropomorfos.

Uno de ellos es el termocéfalo de Cipriani, ese que piensa que "los derechos humanos son una cojudez" y ahora nos dice que "el matrimonio entre homosexuales también es una cojudez" no se da cuenta que la única cojudez es su doctrina retrógrada de la que pregona. Y como brazo de apoyo a salido este ser, el monse-ñor Bambarén, que con una postura de macho, soltó una frase homofóbica de lo más despreciable: “la palabra no es gay, es maricón”. Como repudio a este hombre, es la mismísima representación del diablo, perdón, de la intolerancia y la homofobia eclesiástica.

Lo peor de todo no es que haya personas en contra del matrimonio igualitario, lo cual era obvio que iban a salir a escupir veneno, sino es que aún haya personas homofóbicas en pleno siglo XXI y son candidatos a presidente, sacerdotes, congresistas.

Estamos en una democracia, donde el debate de las ideas es lo esencial, y claro no todos pensamos igual ni tenemos la misma creencia. Yo soy ateo, y no puedo aceptar como argumento en contra de un proyecto de ley, pongan a dios como un interceptor moralista. ¡Como puedo aceptar eso!

Pero los homofóbicos de sotana no entienden eso, ellos argumentan que es la “ley natural”, la ley de dios.

Dios trasciende a través del amor y no a través del sexo, el sexo es sólo la búsqueda de la satisfacción carnal ¿Eso es natural? Por que con el argumento de la “ley natural”, sólo habría coito para concebir a un niño. Entonces ¿Qué es natural y que no es natural? Si no es natural que se tenga sexo solamente por placer, pero aún así todos, o casi todos, lo practican ¿Cuál es el delito de tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo si sólo es por satisfacción? Y si seguimos hablando de lo que es y no es natural, que podrían decir del voto del celibato ¿ellos no van en contra de dicha “ley natural”?

Pero claro, otra cosa es hablar de amor, no pueden decirme que amar a un hombre es pecado, porque hasta Jesús amo a muchos hombres, y le gustaba decirles apóstoles y discípulos.

La iglesia siempre va a estar en contra de la libertad del ser humano, es su “naturaleza” oponerse a este tipo de leyes, hay antecedentes de su anacronismo funcional salvaje.

Pero esta posición anacrónica se repite, y con el mismo discurso, en todos los países en donde se pone en agenda el matrimonio igualitario. Que mejor ejemplo que el de Argentina y España, lo que pasa aquí es sólo el inicio, los dinosaurios van a radicalizar su discurso poco a poco, tanto así que los que estuvieran en contra de ellos, tendrían represalias.

Para muestra un botón, el párroco argentino Nicolás Alessio yendo en contra de la posición de la iglesia católica declaro lo siguiente: “Jesús jamás condeno a un homosexual y jamás condeno la homosexualidad, y en cambio si condeno a los que se creían puros y se creían dueños de la verdad”. Esto motivo a que la iglesia le prohibiera hacer misa. Demostrando su intolerancia, a la variedad de posturas que puede haber dentro de la iglesia.

Esta es una fracción del discurso de la diputada española Carmen Montón, que cansada de los discursos de la oposición que sólo argumentaba recurriendo a la naturaleza, divinidad y dios: “El matrimonio es una institución humana, es cultural, no pertenece al dictado de una ley natural ni tampoco divina, por tanto será lo que la sociedad, en cada momento en función de su realidad y sus necesidades democrática y legítimamente, decida. Se debe regular como matrimonio las diversas formas afectivas de unión, presentes en nuestra sociedad, porque esta ley no ataca ni desnaturaliza la institución del matrimonio sino que la defiende, amplia, enriquece y fortalece, no va en contra del matrimonio eclesiástico que no es lo que se regula en esta ley, no va en contra del matrimonio heterosexual…”

“…basta de excusas y rodeos, llamemos a las cosas por su nombre, no utilicemos eufemismos. Cuando se quiere mantener la discriminación por motivos de la orientación sexual se llama homofobia. Cuando se quiere dar una trata de inferioridad a unos individuos o colectividad se llama discriminación. Cuando se quiere que sólo uno, y no todos los ciudadanos disfruten de ventajas que sean especiales o exclusivas, como el derecho al matrimonio, este deja de ser un derecho y se llama privilegio. Y cuando se finge o aparenta lo que no es o lo que no se siente, se dice una cosa y se hace otra, se llama hipocresía…”

Los termocéfalos repudian el matrimonio igualitario por lo que acarrearía, que es la adopción.

Si, hay otro miedo que es la adopción, es increíble pensar que un niño se puede mal formar por el simple hecho de que tiene una familia homoparental. Es la sociedad la que cría al niño, en el sentido de la formación de su personalidad, la televisión tiene más autoridad para el niño que los propios padres, esa es la sociedad actual, creer que por ser padres del mismo sexo puedan distorsionar la personalidad del niño, es más que un error, es un horror pensar así. Tanta familia cristiana, con herencia católica, donde sus hijos son criados y formados para ser curas, y terminan siendo el terror de los niños, creo que si hubiera menos curas habría menos pedófilos. Más razonable sería, antes de prohibir a dos hombres adoptar a un niño, seria prohibir a los sacerdotes “cuidar” a los niños. La iglesia católica carece de moral para hablar sobre los niños.

Agustín Rossi diputado oficialista argentino, en la sesión de la cámara de diputados, lee el epílogo del libro Historia de la homosexualidad en Argentina de Osvaldo Bazán: “Y algún día, finalmente, se habrá de saber la verdad tan celosamente guardada: la homosexualidad no es nada. No lo era en un principio, y no lo será en el futuro. Cuando saquemos del medio todos los incendios y todas las torturas y todas las mentiras y todo el odio y toda la ignorancia y todo el prejuicio, descubriremos que no hay nada. Aprendimos a mentirnos primero, a mentir después. A escondernos, a desvalorizarnos, a despreciarnos. A no confiar en nuestra familia más cercana (sostengo que es imposible para cualquier heterosexual, incluso el más abierto, saber lo que eso significa). Los nenes negros, los nenes judíos, siempre tuvieron en su casa un lugar en donde resguardarse de las estúpidas ofensas externas. El primer lugar en donde un nene homosexual es ofendido es su propia casa. Tu hijo, ¿cuenta con vos? A no hablar. A aceptar resignadamente que las cosas son así. A avergonzarnos de cada gesto íntimo.

No era nada y después fue pecado (no fue dios, fue un grupo de personas el que lo decreto) y después fue una enfermedad (tan arbitraria que un día dejo de serlo), y también fue un delito (usado siempre discrecionalmente). Y después de todo junto: pecado, enfermedad, delito. ¿Cómo reaccionar teniendo en contra la religión, la ciencia y el estado? Y un día nació el orgullo gay, comenzó a frenarse la injusticia.

El mundo está demasiado raro: los hijos gay son los que tienen que terminar entendiendo a sus padres. ¿Cómo pueden pedir eso?

Y termina Osvaldo Bazán diciendo que sueña con este diálogo: -Viejos, quería decirles que estoy de novio. -¡Qué alegría, nene! ¿Con un chico o con una chica?”.


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El pulmón fumador

Sobre todo, nada